viernes, 29 de julio de 2011

Hacía tiempo que te andaba buscando


Cuando un día se levanta nublado, está a punto de llover y miras tu calendario la pregunta obligada te hace darte cuenta que en medio de agosto algo extraño pasa con el tiempo, pero más obligada es la pregunta si realmente pensamos que esto nos influye en nuestra manera de ser o de sentir.



Más de un millón de veces me pregunto si cuando te sientes enamorado no es como una estación del año, si en lugar de sentir todos los días cálidos, con sol y una maravillosa noche de verano, sentiremos el crudo invierno y el frio al caminar por la calle en la soledad de los tiempos. El amor, del que tantas veces se habla, se escribe o se canta es el motor principal de nuestra vida, así debería ser. Y como cualquier motor, a veces se avería, nos hace parar y nos hace que seamos incapaces de poder avanzar en la carrera que hemos decidido llevar. Las peores situaciones a las que podemos hacer frente siempre se ven más livianas cuando una persona consigue que todo lo negativo sea de alguna manera más positivo, situaciones en las que un solo beso consigue que nuestra alma pueda viajar miles de kilometros para escapar, para hacernos ver que la vida, se mire por donde se mire, es algo que merece la pena vivir intensamente. El tiempo te da la perspectiva del amor, pero el amor también hace que perdamos la perspectiva del tiempo, sin ella nos volvemos irracionales de una manera más racional.

Si aun no te has enamorado, ¿a qué esperas? ¿No piensas que es hora de poder dar un pequeño paso para hacerte sentir más valiente? Con poco, alguna vez será mucho y créeme, cuando ese invierno llega no hay nada mejor que sentir el calor de alguien que quieres a tu lado.

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