viernes, 11 de marzo de 2011

El minerialismo ha llegado

Por fin acabó GH, el reality show que en este 2011 ha durado 144 días y va por su 12 edición (Hospital Central lleva 9). Dentro de poco seguro que podremos ver a los hijos de algún concursante participando en la casa - que de casa poco recuerdo haber estado por una acción comercial y casi es un piso de solteros-, pero antes podremos disfrutar del nuevo "chonichachi programa" que T5 va a poner en marcha, All Stars y sin poder votar porque entre Gasol como titular, eso sí viendo desfilar al elenco de monstruos mediáticos de los realities más vistos en este país y en esta cadena.


Quedarse en casa por las mañanas y poner la televisión para hacer zapping, algo que me recuerda casi a levantarme y pulsar los botones de los canales (este es el momento que recomiendo encarecidamente StumbleUpon para zappear por internet), me hace sentirme como el niño del Sexto Sentido, desubicado y con temblores. No es que no me guste la tele, creo que he consumido más tele que tigretones, palmeras y donuts juntos, pero la calidad de la misma hace que me se me encoja el cerebro y me convierta en una especie de pseudo homínido tribal con ganas de destruir y aniquilar.

Da igual la cadena, los líderes de audiencia están haciendo verdaderos estragos en las amas de casa,  los estudiantes del turno de tarde y  los parados, tengo pendiente pedir cita para ver si el encefalograma plano es posible en menos de 1 año. Observar como esta mañana el plató de Ana Rosa (léase Amarosa) era una jauría mística con gente gritando a cada lado, llamando por teléfono en directo o poniendose de rodillas (Tarrega a la hoguera) para besar un cristal de cuarzo... esto deja a la altura del betún aquel ignominioso momento y que tantas veces he repetido del solemne Arrabal.

Lo peor ha llegado cuando la querida y botoxeada presentadora ha tenido que hablar de la desgarradora noticia del tsunami en Japón, se nota que las noticias de peso la quedan grandes. Es mejor que siga tratando de discutir la posibilidad que una señorita sea la nueva princesa del pueblo. A este paso con tanta realeza 'villana' tendremos que buscarles un palacio, pero si puede ser mejor un bosque y que se pierdan.


No hay comentarios:

Publicar un comentario