lunes, 28 de marzo de 2011

Un corto, sin azucar

El momento de tu vida que quieres comerte el mundo coincide con una serie de situaciones que lo llevan a ser parecido a un ruido en la letanía. Te sigues queriendo comer el mundo a tu manera una vez te haces mayor, terminas los estudios y encuentras tu primer trabajo serio (por muy a broma que te lo puedas tomar y por muy a coña que tomen tu sueldo). Este fin de semana me encontré de nuevo un corto con el que se nutrían mis fantasías futuras en la juventud, pero desde luego que no hay nada peor que ver las cosas con la perspectiva de la edad.



Soberano, el rey canalla. Corto que regalaban en formato VHS con una de las revistas de cine míticas (imposible recordar el nombre) para promocionar la bebida de Osborne y todo en el año 2001. Con la de veces que la ví, me aprendí esos absurdos diálogos de Roberto Álamo con esa voz gutural y ese gorro, que viéndole en Águila Roja entiendes el por qué de tapar su cabeza, o de ver a Willy Toledo imberbe pero destilando la misma mala leche que hoy en día. Ver todo eso y no tomarme ni un Soberano sin que fuese formato chupito, aunque la acción fuese notoria y diferente en el momento de inflexión de formatos es cierto que hubiera sido más con los canales que hoy existen, con la viralidad de las redes sociales, móviles, blogs o webs, incluso con acciones de street/ambient en las propias discotecas, autobuses de ruta, todo es más fácil a 'toro' pasado.

El 2001 también fue el nacimiento del concurso nacional de cortos notodofilmfest.com, gracias a Mr. Fesser y Canal +. Con gran resultado de público y amplia recepción de material (casi 500 cortos), internet era el medio para ello. Tanto es así, que años después Jameson decide hacerlo suyo para que hoy, en su IX edición, sea el promotor principal del corto en internet. Curiosamente Miguel Bardem es jurado 10 años después de su trabajo con Soberano y estrena corto en la página oficial, él sí que sabe ser 'el Rey Canalla'.

Por la parte que me toca, de esa noche loca hoy solo queda un rastro lejano y las ganas de hacer un par de cortos que tengo en mente, con ayuda y compartidos eso sí. Lo bueno de un formato corto es que son baratos y permiten condensar mejor el lenguaje cinematográfico patrio, lo bueno de ser un canalla es ... eso lo dejamos para los que sean/hayan sido los auténticos artistas del canalleo.

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