miércoles, 2 de marzo de 2011

Esto es Paña

Por fin nuestras carencias como país primermundista han salido a la luz. Condenados al desaire y a ser un país cutre por antonomasia, llamados a creeernos más de lo que somos y teniendo una visión exacerbádamente mejorada de nosotros mismos carente de objetividad, pero insuflada de subjetividad azucarada glas. Siento la dureza de mis palabras, pero no siento que la situación en la que vivimos sea totálmente merecida.




Nuestro querido país, al que se ama como tal solo cuando gana un Mundial de fútbol y el resto del tiempo vive peleado entre descentralismos, lenguas, egos y partidos políticos; es una sombra del Imperio que fue. Pero tiene la misma 'picardía' que antaño, más que picardía yo llamaría 'caradura', intentamos aprovechar cualquier resquicio creado en la legalidad para saltarnos a la torera todas y cada una de las leyes creadas, sin importar las consecuencias.

El ser poco obedientes, tramposos, excusones, altivos y un montón de adjetivos, que ahorraré para que no se me odie excesivamente, nos debería hacer recapacitar que la serpiente sí se muerde la cola en muchos casos. La autocrítica debería ser excelsa, total y sin prejuicios, para entonces comenzar la crítica ajena a nuestra persona. Yo el primero no hago las cosas como debiera, me equivoco, me aprovecho de la situación, pero quiero cambiar.

En el cambio está la verdadera naturaleza divina de las cosas. Si nos encontramos en una de las épocas más convulsas de la historia, sin tener ningún tipo de conocimiento de lo que va a suceder. Si el frente árabe vive una de las mayores revoluciones en la historia de la humanidad. Si EE.UU. se plantea cambios en el sistema siendo todavía el país más poderoso del mundo. Si China asume su verdadero potencial. Solo nos queda que seamos capaces de abrazar el cambio pero, sobretodo, de abrazar al prójimo y de buscar soluciones desarraigadas de muchas cosas ancladas en el pasado.

Cuando los que mandan y dominan la economía/las empresas no son capaces de entender que un '0' más en su cuenta puede suponer el prescindir de una persona o de varias. Pero apretarse el cinturón, el racionar "la buena vida" tiene que ser una cosa de todos para poder dar más oportunidades... la avaricia, por desgracias, no tiene límites.

Hoy me he levantado y tras ver un artículo de El Pais he sentido pena por defender una reducción de la velocidad en autovías como medida de ahorro y de buen hacer, pero siento vergüenza de la defensa hacia la cutrez y la visión que damos al exterior. Aunque he de reconocer que también hay algo de miedo al destino indefinido al que se dirige el mundo que conocemos, el Salón del Automóvil de Ginebra así lo ha atestiguado.

Y yo me pregunto si vender el coche, ya que no teniendo claro si voy a poder hacer frente a las letras que me quedan (2015 aun queda lejos), ni siquiera si el gasoil subirá tanto como para ser bien de lujo. Tendré que esperar, lo mismo en lugar de seguir con el blog tendré que dedicarme a fabricar nuevas 'tricicletas' como transporte diario. Disculpen, por ahora voy a buscar mi dignidad con un poco de premura, escribir de estas cosas me produce migrañas.

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